
Mojito Mallorquín
La historia de un nuevo cóctel.
Chema > ¿Qué vas a tomar?
Yo > ¿Me tomo un mojito o me tomo unas hierbas? Así, con mucho hielo, dulces... O un mojito, con su lima, su hierbabuena... Mojito, hierbas, hierbas, mojito...
Chema (5 minutos más tarde) > Prueba esto.
Yo > Mmm, interesante. Está bueno. ¿Qué es?
Chema > Un mojito sin ron y con hierbas mallorquinas. No sé, ¿Un Hierbito? ¿Un Mallorjito?
Yo > Jajaja. Pues me ha gustado, lo podríamos lanzar en la fiesta de aniversario. Con un nombre así como señorial; Mojito Mallorquín.
Y así nació este nuevo cóctel de nuestra carta, un giro más en la historia de esta bebida mestiza de adopción cubana y nacimiento incierto, posiblemente hacia 1930. Mestiza porque combina ingredientes de múltiples nacionalidades; el ron de Cuba, azúcar moreno de origen africano, la soda americana, la lima de orígen oriental y la hierbabuena mediterránea. Adoptada porque Cuba fue el lugar de su eclosión y de allí procede su fama, pero no su nacimiento. Allí los tomaba Hemingway, en la Bodeguita del Medio, y en su puerto se mezclaban todas las culturas e ingredientes necesarios para dar lugar a una bebida tan refrescante como enardecedora. Mojito, i love you. Mojito Mallorquín, t’estim.